Aunque normalmente reservamos este espacio para nuestros asociados, en esta ocasión queremos dar cabida a un artículo de opinión firmado por Lluis Comín y publicado originalmente en el diario Gold&Time con el mismo título ("El valor de las joyas").
El valor de las joyas
Muchas veces tendemos a confundir valor y precio. El precio de una joya es la cantidad de dinero que cuesta (y sirve como relación de canje). Valor son las connotaciones y aportaciones que hacen tanto el creador como los significados y simbolismos que le otorga el portador. Es muy importante diferenciar estos conceptos precisamente cuando hablamos de una cosa que cuesta mucho dinero; pero a mí me interesa analizar la parte no monetaria de la joya.
Hay muchos posibles planteamientos creativos al enfrentarnos a la realización de una joya, puede ser un encargo con ciertas prioridades marcadas por el cliente, tanto conceptuales como condicionadas por el montaje de algún elemento propio, en estas ocasiones tenemos que aportar nuestra técnica y sensibilidad al servicio del propósito del cliente.
Cuando queremos hacer una pieza para ser seriada nuestras prioridades pueden venir condicionadas por cuestiones técnicas derivadas de la propia seriación y, seguramente, también tendremos en cuenta condicionantes comerciales. Podríamos decir que nuestra aportación tiene que ver bastante con el diseño industrial. Creo que cuando podemos aportar más valor personal es cuando enfrentamos una pieza con total libertad de concepto y materiales: Es aquí cuando cada joyero puede desplegar totalmente su personalidad artística.
Poco tiene que ver cuando tienes una magnífica piedra preciosa y lo que quieres es sencillamente (o no tanto sencillamente) resaltar su singularidad, que cuando pretendes expresar en una pieza la fragilidad de la existencia humana, por ejemplo. Con todo esto lo que quiero decir es que la aportación al valor que podemos hacer como creadores, es saber filtrar con nuestra sensibilidad y oficio los diversos supuestos que nos encontramos. Estas aportaciones, desde mi punto de vista, tienen que reflejar de alguna manera nuestra forma de ver el mundo.