¿Hay futuro para el binomio artesanía y joya de autor?

Cuttlefish bone casting by Han Vu

Artículo de opinión firmado por José Francisco Alfaya de Decimononic.


No cabe duda de que uno de los principales objetivos de la Asociación Joyas de Autor siempre ha sido convertirse en un punto de encuentro que promueva un debate enriquecedor para todos los agentes implicados en su actividad, tanto en el sector como fuera de él.

Sabiendo que, tal y como nosotros la entendemos, la Joya de Autor debe producirse empleando procesos de trabajo artesanales o semiartesanales propios de la joyería, uno de los temas que aflora de manera recurrente es en qué medida esta característica condiciona las posibilidades creativas (e incluso la proyección comercial) de este tipo de producto. ¿Qué implica que la Joya de Autor sea un producto artesano?

No es necesario aclarar que nos encontramos ante un tema complejo que entronca directamente con el concepto mismo de "lo artesano" (en contraposición a "lo industrial"), de modo que... vamos allá.

Joyería y artesanía: la perspectiva histórica

En relación a la manufactura de las piezas de joyería, es indiscutible que nos encontramos ante una actividad históricamente artesanal. De hecho las tareas manuales de alta especialización siguen siendo imprescindible para fabricar gran parte de la joyería que podemos encontrar en el mercado, incluso en los países desarrollados, aunque cada vez haya más fases del proceso de producción automatizadas.

Además de los procesos de manufactura, debemos prestar también atención a las materias primas ya que los materiales son otro de los aspectos a considerar en esta reflexión. Sin duda hay materiales íntimamente vinculados a la actividad artesanal tradicional, pero ¿deben ser excluidos de forma automática otros materiales? Una de las características de la joyería clásica, en contraposición a la bisutería, es su durabilidad. De hecho, gran parte de la llamada joyería contemporánea no perdurará más allá de este siglo (ni, en muchos casos, ha sido concebida para hacerlo), a medida que materiales como resinas o cauchos, por poner un par de ejemplos, se vayan degradando con el inexorable paso del tiempo.

Por tanto, ¿qué papel está llamada a jugar la artesanía y, por extensión, la joya de autor en el futuro? ¿Cuáles son -o deben ser- sus limitaciones?

Adaptarse o... desaparecer

Los artesanos, como cualquier otro colectivo profesional, han tenido que adaptarse siempre a los nuevos tiempos integrando en su actividad los avances tecnológicos de cada época. Y esto tanto en sus sistemas de trabajo (herramientas y procesos) como en los materiales a utilizar.

  • Por una parte, es evidente que la mayor parte de los talleres de joyería actual en un país desarrollado, por humildes que sean, disponen de equipamientos inimaginables para un taller de hace tan sólo 100 años: motores de mano multiuso, motores de pulido, limpiadores por ultrasonidos, arenadoras, prensas hidráulicas, equipos autónomos de grabado, etc.
  • Por otra parte, la innovación en el ámbito de los materiales es constante. El titanio, por ejemplo, no es un metal propio de la joyería tradicional. ¿Por qué? Porque hasta 1946 William Justin Kroll no desarrolló un método para poder producirlo a escala industrial. ¿Quiere decir esto que la joyería artesana actual debe renunciar a emplear este metal?

Podemos ir, incluso, más allá. ¿Cabe la posibilidad que se considere artesano a un químico que se dedica a la investigación de "materiales inteligentes con memoria de forma" que desarrolla en un horno eléctrico de vacío? Es plausible, de hecho en el vídeo que encontraréis a continuación el mismo Francisco Javier Peña Andrés, Doctor en Ciencias Químicas por la Universidad Politécnica de Catalunya (Barcelona), lo explica en el marco del I Encuentro de Ciencia y Artesanía. Diálogos entre tradición e innovación que tuvo lugar en Madrid en noviembre de 2013.

En la actualidad Francisco Javier Peña Andrés es Jefe de estudios para el Grado en Ingeniería en Diseño Industrial en Elisava Escuela Superior de Diseño e Ingeniería de Barcelona y Director científico de Materfad Centro de Materiales del FAD, además Miembro del Grupo de investigación BIBITE (UPC).

Tal y como yo lo entiendo, lo industrial es lo concebido para ser fabricado en serie con sistemas de producción automatizados (llevándolo al extremo podemos pensar en una cadena de fabricación robotizada). Ante piezas fabricadas íntegramente por una estación de mecanizado y fresado por control numérico computerizado (cnc para los amigos) o una impresora 3D, de principio a fin y sin actuación de un ser humano más allá de la mera supervisión del proceso, es difícil defender que no nos encontramos ante productos fabricados de manera puramente industrial. Pensemos en la fabricación de cadena o cota de malla metálica en cadenas de producción automatizadas o directamente mediante la sinterización láser de metales.

A título personal creo que existen muchos tipos de artesanía y que la artesanía no es un fin en si misma, el trabajo manual no se justifica per se, pero desde luego parece difícil que la fabricación en serie pueda convertirse en un vehículo adecuado para articular un discurso creativo singular. De ahí que fabricación industrial y Joya de Autor sean difícilmente compatibles.

El diseñador de Joya de Autor como "artesano digital"

Desde mi punto de vista, el artesano moderno tiene el deber de hacer lo mismo que sus predecesores: hacer suyas las innovaciones a su alcance.

A nivel técnico, parece natural que el creador saque el máximo partido a los medios a su disposición para lograr los objetivos que persigue. El diseño asistido por ordenador, por ejemplo, presenta ventajas indiscutibles en relación a los soportes tradicionales empleados para esta tarea: corregir errores, redimensionar elementos, rehacer partes del diseño, etc. No digamos ya si añadimos las ventajas sobre el soporte físico, ya que el modelado en cera presenta limitaciones importantes en comparación. Seguro que sois muchos los que habéis vivido la desagradable experiencia de que se dañe la pieza maestra modelada en cera o que un imponderable en el proceso de microfusión se lleve por delante horas de trabajo. Salta a la vista que la tecnología disponible hoy por hoy nos facilita la vida, pero sin perder la perspectiva... las herramientas son eso, herramientas, y es responsabilidad del diseñador emplear las que mejor se adecuen a sus objetivos.

¿Debe el creador de Joya de Autor mantenerse al margen de todo esto? En absoluto. Si lo hiciese estaría limitando su creatividad porque hay resultados imposibles de obtener en un proceso exclusivamente manual.  Parece natural, por tanto, que el diseñador se convierta en modelista 3D, como parece natural utilizar un ordenador para redactar textos, en lugar de tinta china y plumilla. Al fin y al cabo el diseño asistido por ordenador no deja de ser una herramienta más, la herramienta del "artesano digital" al que nos dirigimos, resultante de un mundo cada vez más y más digitalizado.

De igual forma, la experimentación con materiales es consustancial a la Joya de Autor; materiales que, en muchos casos, requieren experimentación técnica y la utilización de herramientas nuevas. Eso sí, sin perder de vista aspectos como durabilidad, portabilidad, calidad de acabados, etc.

"Cuttlefish bone casting" a video by Han Vu
"Cuttlefish bone casting" a video by Han Vu

Me gustaría añadir que la subcontratación de algunos procesos, ya sea microfusión, corte láser o impresión 3D, por citar algunos, es tan deseable en muchos casos como inevitable en otros, ya que la externalización permite optimizar dichos procesos y tener acceso a recursos que, de otra forma, podrían resultar inalcanzables (muchas de las herramientas mencionadas requieren inversiones de capital significativas).

Ni la artesanía ni la Joya de Autor deben convertirse en víctimas del inmovilismo. No parece descabellado pensar que en el mismo momento en que la tradición se convierte en valor absoluto acecha el peligro del anacronismo: sucumbir a la tentación del "siempre se ha hecho así y así debe continuar haciéndose" equivale a asumir un riesgo colosal.

Nuevas herramientas para nuevos tiempos

Tal y como señalé al comenzar este artículo de opinión, nos encontramos ante un tema controvertido que genera de forma recurrente intercambios de impresiones más o menos acalorados.

La imagen destacada es una captura de pantalla que pertenece a este magnífico vídeo de Han Vu en el que muestra cómo lleva a cabo la fundición de una pieza de joyería utilizando la antiquísima técnica de la fundición en hueso de jibia. No hay duda de que nos encontramos ante una técnica milenaria que puede ser interesante utilizar a efectos de exploración creativa, pero dejando aparte este enfoque creo que todos coincidiremos en que los equipos de microfusión actuales quizás puedan considerarse algo menos artesanales... pero son, sin duda, mucho más prácticos.

En definitiva, yo considero que no tiene ningún sentido que los diseñadores de Joyas de Autor se condenen a permanecer en el pasado. Desde luego yo no estoy dispuesto a cortar las alas a mi creatividad... y espero que vosotros tampoco estéis por la labor. Suerte.

4 comentarios en “¿Hay futuro para el binomio artesanía y joya de autor?

  1. Me parece impecable y comparto totalmente tu opinión. últimamente me encuentro constantemente enseñando a la gente la diferencia entre bisutería y joyería, entre el Acero quirúrgico y el oro o plata. la diferencia entre una hoya hecha por un artista y una hecho por un operario chino en una linea de fabricación en china y con malas condiciones. últimamente los joyeros y artistas tenemos que luchar contra la baratija del acero y plástico. por eso creo que tenemos que enseñar la diferencia e inculcar e incentivar el uso de metales nobles a la hora de autodecoracion. no solo por los metales y su valor naturalmente, sino por la mano de habrá artesanal que alberga y el valor agregado del diseño único en muchos casos. también aporta e incentiva la industria artesanal. saludos Haikmaro

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