AJA.- ¿Cómo comenzó tu aventura en el mundo de la Joya de Autor?
Rafael Alemañ (RA).- De manera casual. Una, entonces, estudiante de último curso del grado en Bellas Artes, Sara Salguero, me presentó un proyecto para hacer un “taller de joyería” con mis alumnos de Bachillerato Artístico, aprovechando que tenían una asignatura de introducción a la escultura que se denomina “Volumen”. Me pareció muy interesante desde dos aspectos:
- Técnicamente: Enseñarles algunas técnicas de trabajo con el metal, a las que a lo largo del curso no había podido prestarles mucha atención.
- Conceptualmente: Que mis alumnos diseñaran sus piezas pensando en la proyección de una imagen personal, un tema que en la adolescencia es crucial.
En definitiva, encontré en la joyería la posibilidad de expresar mis inquietudes con la escultura en pequeño formato, sin la necesidad de tener un gran taller.
Recuerdo en un viaje a Amsterdam, el escaparate de una joyería, en la que vi piezas cómo los móviles de Calder, junto a otras soluciones que me parecieron muy atrevidas. No se parecía en nada a lo que había visto en comercios afines en España, que mostraban una joyería que no tenía ningún interés para mí.
AJA.- ¿Qué o quién te inspiró para iniciar tu carrera como creador de Joya de Autor?
RA.- Me resultaba muy atractivo el esquema de Hoppi Untracht que él denominó “El mandala de la joya”, para tratar de explicar las diversas funciones de la joyería. Su visión conectaba la joya con el desarrollo de toda la Hª del Arte. Me parecía especialmente inspirador la conexión de las manifestaciones artísticas con expresiones religiosas, como manifestaciones de la psique de los individuos, de sus necesidades de protección, de amuletos, de objetos mágicos. No estamos tan lejos de ese pensamiento como pueda parecer.
AJA.- ¿Cuáles son tus principales influencias y fuentes de inspiración?
RA.- Me resulta difícil responder. Pueden ir desde un acontecimiento personal, a una fuente literaria o filosófica, la impresión por una fotografía, una pieza egipcia, una película, una frase oída en la calle, un poema, una exposición. Ayer leía que “el humo es indicio del fuego, (…) la cicatriz la marca de una herida, (…) el semen residuo del goce…”; me parecen suficientes motivos para realizar una pieza, o varias.

AJA.- ¿Piensas que tus orígenes se ven reflejados de alguna forma en tus creaciones?
RA.- Dibujo. Siempre dibujo, casi a diario. También puedo decirte que desde siempre. Me siento muy conectado con ese lenguaje no verbal. El dibujo es luz y la joya también, por eso los metales tuvieron tanto éxito en el oficio. Las piezas que hago ahora llevan detrás todo eso.
AJA.- ¿Qué conceptos son los que más te estimulan?
RA.- El arte ( y en él incluyo a la Joyería) es una cosa de poca importancia. Un juego intelectual. Parece una paradoja, porque me gano la vida con él. Además tengo una labor docente en la que trato de iniciar a otros en ese camino. Y no creo estar engañándoles, ni a ellos ni a mí.
Quiero decir que lo importante está en lo humano. Puede que el arte lo tenga en esa especie de pinchazo, que el filósofo Roland Barthes llamaba “punctum”, lo que perturba nuestros conocimientos culturales. Ese pinchazo se encuentra en la idea de lo sagrado. Un concepto podía ser entonces: “Las personas son sagradas”. Un segundo concepto: ”el arte es un espejo que proyecta una imagen mejorada de nosotros mismos”. A partir de esos dos conceptos me parece que es estimulante trabajar.
AJA.- ¿Te atreverías a definir la Joya de Autor empleando un máximo de 140 caracteres, como si se tratase de un tweet?
RA.- Más que no atreverme, es que no quiero. Entiendo que es necesario tratar de clasificar los distintos tipos de joyería que se están haciendo, para que el público entienda mejor que es lo que tiene delante, pero los términos “joya de autor”, “joya contemporánea”, no me parecen muy afortunados.
AJA.- ¿Por qué no prefieres trabajar diseñando colecciones?
RA.- Explicaba el escritor Italo Calvino, que conforme terminaba de escribir un cuento, lo metía en una carpeta temática. De pronto una de las carpetas se había vuelto tan voluminosa como para configurar un libro. Me siento muy identificado con esa forma de trabajo.
Me gusta trabajar cada pieza cómo si fuera la única. Sin saber muy bien si voy a poder hacer otra. No sé si voy a hacer una exposición. Trabajar sólo en un cuadro. Y el conjunto debe aparece de forma natural.
AJA.- ¿Qué podemos esperar de tu próxima colección?
RA.- Una continuidad del trabajo anterior. Quizá algunas piezas de mayor tamaño. Un tratamiento de las superficies más pictórico.
AJA.- ¿Con qué materiales trabajas de forma habitual y cuáles son tus favoritos? ¿Qué criterios utilizas para escoger unos u otros?
RA.- Fundamentalmente la plata. Ocasionalmente el cobre. El oro es un material maravilloso, pero tiene un precio desorbitado. Estos materiales se vienen usando desde hace miles de años, están cargados de valor simbólico, sus nombres forman parte de la alquimia, de ancestrales cosmologías. Permiten conectar tus piezas con tradiciones arcaicas. Reflejan la luz. Responden inmediatamente a nuestro calor corporal...

AJA.- ¿Qué papel crees que juegan los concursos hoy en día?
RA.- No soy un gran conocedor de ese mundo de los concursos. Supongo que el darle una proyección a las personas que comienzan esta andadura. En general, los concursos son un sistema que no me gusta. Creo que son mucho más justas las convocatorias en las que hay un presupuesto para la adquisición de obras. Las instituciones culturales se hacen así con unos fondos públicos con lo más destacado, en interés de la difusión de este tipo de actividad.
AJA.- Si te dieran carta blanca, ¿a quién escogerías para una colaboración creativa?
RA.- No me lo he planteado. Hay muchas personas por las que siento un profundo respeto. Por decirte uno, el fotógrafo Chema Madoz, que le encanta a todo el mundo por lo fascinante de su imaginario, pero con una poética más profunda, no tan fácilmente perceptible.
AJA.- ¿Qué mensaje te gustaría que transmitiesen las joyas que diseñas?
RA.- Que cada una responda a una necesidad íntima de la persona que la adquiera.
AJA.- Describe tu proceso creativo.
RA.- A veces parto de un dibujo muy detallado de lo que quiero hacer. Otras trabajo directamente en el metal sin boceto alguno. Puedo empezar con una frase o un texto, al que empiezo a darle vueltas para lograr un diseño. Con otras piezas he tenido que trabajar a la inversa y el texto se construye a posteriori. Ha habido alguna pieza que he dibujado después de tenerla acabada y que he reelaborado en otras piezas que no terminaban de constituir la coherencia de una serie. Mezclo distintos procesos creativos. Disfruto con esas obras de Picasso en la que una pintura se versiona en un grabado y del grabado sale una escultura y la escultura provoca unos dibujos y los dibujos le llevan a una nueva pintura o a otro grabado, y no sólo cambia la técnica, sino también los formatos, y los resultados no son copias de los anteriores.
AJA.- ¿Fue complicado introducir en el mercado tus primeras piezas de joyería?
RA.- La verdad es que no. Soy muy afortunado. Fue una galerista la que se acercó a mí, después de haber visto algunas piezas mías, para ofrecerme su espacio. No es lo habitual. No es un modelo exportable. De todos modos, lo realmente difícil es mantenerse en el mercado. Hay gente que lleva ahí más de veinte años…
AJA.- ¿Hay algún hito que haya revolucionado tu carrera como diseñador de joyería?
Me tomo las cosas más como un camino que como una escalada, pero, es cierto, que mi participación en la última edición de Madridjoya, ha sido un gran paso hacia la profesionalización de mi trabajo.
AJA.- ¿Por qué este nombre comercial para comercializar tus creaciones?
"Rafael Alemany Premium Jewelry. MADRID."
Quería reconocer las piezas con mi nombre, firmarlas. Luego, por la dificultad de establecer un dominio de internet que tuviera la “ñ”, pensé que era mejor catalanizar mi apellido. Soy de Alicante y allí es frecuente encontrar mi apellido escrito de las dos maneras; era una forma también de manifestar mis orígenes. También era cómo tener un alter ego que hacía joyería. Cuando hago ilustración utilizo un seudónimo, a la manera de los muchos escritores que se esconden en Pessoa.
También quería destacar a Madrid como centro creativo. Llevo trabajando aquí desde 1993 y me he sentido siempre muy bien tratado, muy acogido. Creo que la ciudad no tiene la marca que se merece. Quería incluirla a modo de reivindicación.
En cuanto a utilizar la palabra inglesa “Jewelry” tiene que ver con la idea de que aunque mis piezas se realizaran en Madrid, probablemente no tendrían mucho mercado en la capital. Mi marca debía tener una vocación internacional si aspiraba sencillamente a sobrevivir, sin ninguna pretensión. Con la palabra “Premium” quería significar que las joyas tenían el valor añadido de dialogar con el arte, la mayoría de las veces con piezas únicas.

AJA.- ¿Cuáles son tus referentes en el campo del diseño de joyería? ¿Por qué?
RA.- Muchos. La perfección técnica de un Michael Becker, el misticismo del oro de un Giovanni Corvaja. En el mundo encontramos un gran número de propuestas muy interesantes.
AJA.- ¿Aceptas trabajos por encargo?
RA.- Hasta ahora no. Podría aceptar algún trabajo por encargo, sin renunciar a la libertad creativa. Los encargos no tienen porque coartarla. A veces son un estímulo. Un problema que requiere una respuesta creativa. Son fascinantes los contratos que tenían los pintores del Renacimiento, en los que se especifica el tamaño de la obra, el número de figuras que deberá tener la composición, los colores que se van a usar, el plazo máximo de ejecución, etc. Entonces, hacer una pintura era como preparar una superproducción. Y con esas limitaciones salieron aquellos cuadros que tanto admiramos… Tenemos muy mitificada la originalidad de los autores. Es mucho más sensato pensar que pertenecemos a una tradición y a ciertas inquietudes que se manifiestan en el tiempo que nos toca vivir o los ambientes que frecuentamos. Aunque no me gusta mucho la forma en la que consigo expresarme; suena muy hegeliano, a Zeitgeist (Espíritu del Tiempo), un romanticismo con el que no me identifico.
AJA.- ¿Cómo crees que va a evolucionar la joyería de autor en el futuro próximo?
RA.- ¿En Madrid? ¿en los próximos años? Me resulta difícil de predecir. Depende en gran medida del apoyo institucional. De una revitalización económica. De muchos factores. Creo que hay clientes interesados en tener piezas que le diferencien de las producciones estandarizadas. Conozco personas que manifiestan que nunca se ponen joyas. Muchas de ellas porque no se identifican con la joyería convencional, pero las propuestas que les podrían atraer son poco conocidas. Nos faltan canales de difusión. Una estrategia comercial global que cree una demanda.
El sector debe acercarse al mundo de la moda española, aprender de sus estrategias, hacer una labor didáctica que señale nuevas tendencias. No es fácil porque me parece muy conservador. Tiene poco interés en nuevas propuestas, cuando no un rechazo hacia la joyería contemporánea. Eso hace que la joyería quede desconectada de las tendencias europeas.
AJA.- ¿Dónde te ves dentro de cinco años?
RA.- Feliz, con mi familia, disfrutando de ver crecer a nuestros hijos. En serio, el mundo de la artesanía es muy inestable, muy variable. Es difícil hacerse planes a largo plazo. El artesano debe trabajar el día a día.
AJA.- ¿Te consideras un artista?
RA.- No
AJA.- ¿Qué consideras imprescindible para lograr dejar impronta como diseñador de Joyas de Autor?
RA.- Estar plenamente convencido de lo que haces y tener la capacidad de hacérselo entender a los otros.

AJA.- ¿Qué encuentras más satisfactorio, el reto de diseñar o ver el resultado de la pieza ya ejecutada?
RA.- Hasta ahora tengo todo el control en la realización de las piezas. Tengo una parte muy racional que disfruta mucho con los retos de diseño, pero también soy muy físico. Me gusta tocar los materiales, martillearlos, soldarlos, etc.
AJA.- ¿Qué es lo que más y lo que menos te gusta de crear Joyas de Autor?
RA.- Lo que menos su exclusividad. El trabajar a mano, de forma totalmente artesanal, encarece mucho los precios de las piezas. Las personas con mayor poder adquisitivo no siempre son las de mayor sensibilidad estética, las que mejor se identificarían con las piezas. Pienso mucho en la proyección personal, en el talismán que a uno le gustaría tener.
Lo que más, la libertad creativa que te permite.
AJA.- ¿Cómo te ayuda la Asociación Joyas de Autor a alcanzar tus objetivos?
RA.- En primer lugar, el estar en contacto con compañeros de profesión. Con todo lo que conlleva. Conocer de cerca su trabajo, sus consejos, etc. Es mucho más fácil sacar adelante iniciativas en grupo que de forma individual. También a visibilizar en mayor medida tu trabajo.
AJA.- #OrgulloAutor porque…
RA.- Ni orgullo, ni autor.
Orgullo no. La palabra orgullo me suena a herida. No es desde el orgullo desde donde trabajo.
Ni autor, porque su concepto es bastante esquivo. La vanguardia artística americana de los años ochenta trató de socavar el concepto apoyándose en los escritos de los filósofos franceses de la segunda mitad del siglo XX. Como creador no puedo ser ajeno a este debate. Debemos insistir en que nuestro trabajo está anclado en una tradición. Tenemos largos periodos de la historia en el que no se contemplaba el concepto de autoría y sus obras anónimas no dejan de ser maravillosas. La autoría se mantiene como un valor de mercado.
Pero el trabajador necesita apropiarse de ese valor, convertirse a sí mismo en imagen de marca, para que su trabajo no sea prescindible. Y esa realidad afecta también al joyero. La autoría, aunque sea un concepto algo retrogrado, se hace necesaria.
AJA.- ¿Dónde es posible encontrar más información acerca de ti y de tu actividad como creador de Joyas de Autor?
RA.- Página web: rafaelalemany.com | Perfil de Facebook