Artículo de opinión: «¿Por qué lo llaman cristal cuando quieren decir vidrio?»

Cristal

Artículo de opinión firmado por Irene López y José Francisco Alfaya de Decimononic.


Daniel Swarovski dijo "los diamantes son para la realeza, pero yo quiero crear una piedra para toda mujer, que cada mujer se pueda permitir". A tenor de los resultados obtenidos parece que este caballero tuvo una idea brillante, resulta patente que la corporación homónima se ha convertido en una organización formidable.

Según las declaraciones realizadas por Nadja Swarovski, su Directora de Comunicación Corporativa, y recogidas por Hettie Judah en este artículo publicado en Business of Fashion, tan sólo hay dos empresas que sobrepasan las ventas del grupo en el sector de la joyería: Cartier y Tiffany, ambas especializadas en alta joyería. La facturación de este grupo empresarial en 2013 rozó los 4.000 millones de euros, de los que casi 2.500 corresponden a la división de joyería y accesorios.

Leemos hoy en el diario sectorial Gold&Time que "Swarovski crea un sello de autenticidad para poner en valor sus vidrios". Hemos de reconocer que constatar la utilización del término "vidrio" en este titular nos ha llenado de alivio, aunque, como es natural, se trata del rigor que esperamos de un medio de comunicación especializado (desafortunadamente no todos los medios de comunicación son igual de cuidadosos). Desde luego estamos convencidos de que la elección del vocablo "crystal" en la flamante denominación comercial "Crystals from Swarovski" no es en absoluto casual; desde nuestro punto de vista, es el fiel reflejo de una estrategia cuidadosamente diseñada para jugar con la desinformación del consumidor y la percepción existente de que el cristal tiene mayor valor que el vidrio. Induce a confusión, sí, y no es fruto del azar.

Pero investiguemos un poco más, no vaya a ser que Swarovski facilite a sus clientes información acorde a la nomenclatura gemológica. Reproducimos a continuación el texto publicado hoy mismo, 20 de noviembre de 2014, correspondiente al epígrafe "¿QUE ES EL CRISTAL SWAROVSKI?" en la sección "Preguntas Frecuentes" de su web corporativa:

"Swarovski produce cristales de la mejor calidad y el nombre de la empresa se ha convertido en sinónimo de cristal genuino. El proceso de fabricación especializado de Swarovski, junto con la más alta calidad de las materias primas, garantizan el más elevado nivel de precisión, calidad de los componentes, uniformidad y brillo inigualable.

El cristal Swarovski se produce en la tradicional planta de producción de la compañía en Wattens, Austria, donde está sometido a los más rigurosos controles de calidad. La receta exacta y las proporciones de cuarzos, arena y minerales siguen siendo un secreto de la compañía como parte del legado del pionero Daniel Swarovski para sus tres hijos".

Cristal, cristal, cristal. Ni rastro del término correcto desde un punto de vista gemológico, vidrio. Swarovski podría, si quisiera, desarrollar una valiosa labor didáctica. Sin embargo, esto parece ser algo totalmente impensable ya que una iniciativa como ésta sería contraria a sus intereses comerciales. Nosotros no somos -ni pretendemos ser- gemólogos, pero nos gusta que se realice una uso preciso del lenguaje. Más aún cuando de eso depende la defensa de los consumidores, claro está.

No podemos evitar acordarnos de este recomendable artículo divulgativo publicado en septiembre de este mismo año por Manuel Llopis, fundador y director del Laboratorio Gemológico MLLOPIS de Valencia, con el título "Siguen llamando CRISTAL a los VIDRIOS". Con total impunidad, añadiríamos.

Se nos ocurren unas cuantas preguntas al hilo de todo esto. ¿Por qué las perlas de Majorica deben ser comercializadas como "perlas de imitación" y Swarovski no debe aclarar que comercializa vidrios, y no cristales? ¿Por qué no ocurre absolutamente nada cuando las prácticas de Swarovski parecen contravenir la normativa CIBJO para el Comercio de Piedras de Color? ¿Para cuándo la exigencia de uso adecuado del lenguaje para salvaguardar los derechos de consumidores y profesionales?

¿Y vosotros, qué pensáis sobre este asunto?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *