Hoy queremos abordar una técnica de gran belleza estética, pero antes de abordarla en el ámbito joyero merece la pena remontarnos a su origen.
Tal y como se expone en los Tesauros del Patrimonio Cultural de España, "el hilo entorchado alrededor de un núcleo de pergamino o de vitela ha sido el más empleado a lo largo de la Edad Media y se conoce como "hilo de oro de Chipre" u "oropel". Esta técnica decorativa ha sido muy habitual en los tejidos hispanomusulmanes desde el siglo X".
Bien, y... ¿en qué consiste exactamente? "Técnica de fabricación de hilos que consiste en enrollar en espiral una fina lámina de oro o plata, de alguna de sus aleaciones o de plata y cobre dorado* (en la actualidad se emplean incluso materiales sintéticos) alrededor de un núcleo de un hilo habitualmente de seda o de lino. A veces este núcleo lo envolvía también una membrana fina de origen animal. En los hilos entorchados tradicionales la fina lámina metálica se adhiere o se sujeta sobre la tela con puntadas con un hilo del mismo color o de otro color para que contraste. A veces, para producir un efecto de relieve, se cosen sobre una base de hilos de algodón o se envuelven una plantilla de cartón y luego se cosen. Los hilos entorchados se han empleado tradicionalmente en la técnica del bordado".
Y qué ocurre si trasladamos esto al mundo de las técnicas de manufactura de alhajas? Nos lo explica de forma pormenorizada Guillermo Petrochelli en el siguiente vídeo:
Esta técnica de entrelazado de alambres es un clásico en el diseño de joyas y de uso especialmente frecuente en algunas técnicas, como la filigrana, de modo que es probable que hayas tenido ocasión de aplicarla alguna vez.
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